Ante la creciente demanda de soya, el cuidado medioambiental toma especial preponderancia. Según el Departamento de Agricultura de EEUU, la producción mundial llegaría a Tn 410,59 MM en 2023/24, 10,8% más que en la anterior campaña, produciendo Bolivia apenas Tn 3,6 MM.
La producción de soya presenta ventajas medioambientales, gracias al nitrógeno que aporta a la atmósfera y al suelo, permitiendo así la rotación eficiente de suelos, y ventajas nutricionales, gracias a la excelente cantidad de proteínas que aporta a la dieta humana y animal.
En Bolivia, perdimos 3,2 MM de has. de bosques entre 2002 y 2020, por lo cual se vuelve imperativo el apoyo de los gobiernos a la producción de soya a través de incentivos tributarios y de otro orden, además de promover el cultivo que junto a sus derivados cuenta con la mayor representatividad en las exportaciones no tradicionales del país.
La pandemia y el conflicto Rusia-Ucrania han impactado negativamente en la producción mundial de soya a la vez que la demanda mundial aumenta y abre una oportunidad para productores tradicionales. El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) estimó que en el año 2019 la producción mundial de soya fue de 338,08 MM de toneladas. Ese año, Bolivia ocupó el 10mo. lugar en su ranking de mayores productores mundiales de soya. En el periodo 2020 – 2021, la producción mundial aumentó a 361 MM, pero hubo un decrecimiento por la pandemia a alrededor de 336,47 MM en 2022.